El Seminario Adventista que sobrevivió milagrosamente a la gripe española – 50 millones murieron

Seminario Adventista de Hutchinson, Minnesota

La gripe española

En 1918 se registró una pandemia de influenza conocida como la gripe española (aunque no se originó en España), durante la primera guerra mundial, en la que se estima que hubo más de 500 millones de personas infectadas y más de 50 millones de muertos, por lo cual es conocida como una de las pestes más mortales registrados en la historia. Sólo en Estados se estima que murieron alrededor de 675.000 personas, la mayoría en la segunda ola de la influenza pandémica que terminó en 1919, según datos del Centro para el control y la Prevención de enfermedades.

Hospital militar de emergencia durante Gripe Española. Camp Funston Kansas Estados Unidos.

Algunos investigadores creen que la pandemia inició en Francia en 1916, otros en China en 1917, pero muchos otros ubican los primeros casos en la base militar de Fort Riley, en Estados Unidos, el 04 de marzo de 1918. 

Contrario a lo que podría pensarse, la pandemia afectó a personas entre 20 y 40 años que anteriormente habían sido sanas. Generalmente la gripe afecta a los más pequeños y a los adultos mayores. Los científicos han establecido que la pandemia fue causada por el virus H1N1.

En 1918 no existía información científica sobre los virus, ni vacunas, ni antibióticos. Los esfuerzos se hacían en la buena higiene personal, aislamiento, cuarentena y cierre de lugares públicos.

El Seminario Adventista que sobrevivió milagrosamente

El siguiente es un relato sobre cómo el Seminario Adventista del Séptimo Día de la ciudad de Hutchinson, Minnesota, logró establecer un récord al combatir la influenza, que ninguna otra institución del estado pudo lograr. 120 personas fueron expuestas, 90 se contagiaron, ninguno murió, y ninguno estuvo en estado delicado. La historia fue avalada por el Dr. Fred Sheppard, jefe de salud de la ciudad de Hutchinson.

Estudiantes del Seminario Hutchinson en 1924

El seminario, con 120 de sus 180 estudiantes y profesores viviendo bajo un mismo techo, había sido invadido por la pandemia (3 semanas antes). 90 de ellos presentaron los síntomas de la influenza, y bajo la dirección del Dr. H. E. Larson (Médico graduado), miembro del personal del Seminario, cada persona que presentaba los síntomas fue puesto de una vez en cama, con una enfermera entrenada tomando la temperatura y verificando los síntomas de la epidemia. Si los síntomas se desarrollaban se le pedía al paciente permanecer en cama.

No había medicamentos para suministrar, el tratamiento consistió en descanso completo y tranquilo, una dieta cuidadosamente regulada, y la aplicación de fomentos a la garganta, el pecho y el abdomen. Este tratamiento en casi todos los casos redujo la temperatura de los pacientes y permitió la recuperación de los pacientes. Pero esto no terminó con el problema. El peligro siguiente era la recaída. Para evitarla, se le pidió a cada paciente que permaneciera en cama entre 2 y 5 días, después de aparentemente haberse recuperado por completo, según el estado de los síntomas.

Como resultado de este sistema de manejo de la enfermedad que cobró miles de víctimas , no hubo ni un solo caso que pudiera haber sido delicado o serio, ni una muerte en el Seminario habiendo más de 90 personas afectadas, viviendo en el mismo lugar.

Este récord es asombroso, según las palabras del Dr. Sheppard, y hace que los métodos ordinarios de tratar la influenza, parezcan irracionales. No hay duda de que los métodos naturales funcionan en casos como estos, cuando la persona ha desarrollado un sistema inmunológico fuerte. El Seminario agradeció a Dios por su cuidado y protección, y a la hermana Louise Knudsen, la enfermera del Seminario y a sus colaboradoras. El artículo publicado el 17 de diciembre de 1918 termina diciendo: “Los tratamientos de hidroterapia bajo la bendición de Dios son realmente útiles”.

Propuesta para un estilo de vida saludable

No hay duda que la mano poderosa de Dios y su protección estuvo en este Seminario con los más de 90 contagiados. Los tratamientos naturales son efectivos cuando están acompañados de una alimentación saludable que mantenga fuertes las defensas y el sistema inmunológico, de ejercicio físico regular, y por supuesto, de la confianza en nuestro Dios.

La Iglesia Adventista ha creado un programa de estilo de vida saludable que ha sido implementado en todo el mundo. El programa Nuevo Comienzo (New Start) que propone un estilo de vida basado en 8 puntos sencillos:

• N – Nutrición adecuada, el fundamento de la buena salud y de la capacidad de recuperación.
• E – Ejercicio. Hacer ejercicio de manera regular mejora la salud del cuerpo y la mente.
• W – Agua (Water). Mantener el cuerpo hidratado es esencial. Beber 8 vasos de agua al día.
• S – Luz solar (Sunshine). La luz del sol es supremamente importante para el metabolismo y el balance hormonal.
• T – Temperancia. Usar las cosas buenas de manera moderada y abstenerse de las cosas perjudiciales.
• A – Aire puro y respiración adecuada.
• R – Descanso (Rest). La restauración requiere descanso. El sueño le permite al cuerpo renovarse. Es necesario dormir 8 horas. Dormir temprano y levantarse temprano.
• T – Confianza en Dios (Trust). La confianza en Dios está directamente relacionada con la salud física.

Este programa también es conocido como los 8 remedios naturales que forman la palabra ADELANTE:

• A - Aire
• D - Descanso
• E - Ejercicio
• L - Luz solar
• A - Agua
• N - Nutrición
• T - Temperancia
• E - Esperanza en Dios 

Comience hoy mismo a aplicar este estilo de vida saludable para mejorar su salud y hacer frente a las amenazas, como la que hoy representa la pandemia del coronavirus (Covid-19). 

Dios te bendiga.